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LAS MEDIACIONES TECNOLÓGICAS Y SU RELACIÓN CON LA CULTURA, LA SOCIEDAD Y LA
EDUCACIÓN
Por: William Delgado Rubio
Docente de Planta de la Institución Educativa Santa Rosa de Lima. Sede Pablo Sexto. Suarez Tolima. Licenciado en Filosofía y Ciencias
Religiosas. Estudiante de Maestría en Educación. Correo electrónico: delgadorubiow@yahoo.es
RESUMEN
Plantear una reflexión al respecto de las
circunstancias que caracterizan el uso y la
implementación de la tecnología en todos los
aspectos de la existencia humana, significa
también enfrentarnos a sus desafíos más
significativos y así como ha presentado grandes
beneficios, existen también aspectos
subyacentes que afectan el normal desarrollo
de la existencia social, dado que de la misma
manera la tecnología desde finales del siglo XX
ha sido utilizado como medio de perpetuación
de los poderes económicos y políticos.
Es claro que en sus orígenes la tecnoloa fue
provista de fines y propósitos valiosos o
significativos para mejorar y facilitar la
existencia humana en sus múltiples usos; sin
embargo, con el proceder del tiempo y la
evolución de la misma, su empleo ha asumido
una gran variedad de usos como diversos son
las mediaciones tecnológicas. En este momento
es válido precisar que la reflexión girará en
torno a los aportes hechos por las tecnologías a
los cambios socio-culturas y la dimensión
comunicativa, específicamente a las
aportaciones brindadas a la pedagogía como
estrategia novedosa de aprendizaje, así como
su proceso de consolidación.
El vínculo entre los cambios culturales y el
funcionamiento de los medios
Es importante destacar que los denominados
cambios tecnológicos, no son un efecto de los
dos últimos siglos, sino que son una constante
en la existencia humana, por lo cual, el ser
humano no cambia su vida para crear nueva
tecnología, sino que ha sido esta quien le ha
modificado su modo de existir. Así se puede
evidenciar a través de la historia desde el
neolítico en el cual se asume la agricultura y la
ganadería como medios de subsistencia, con su
consecuente urbanización, desde lo cual la
sociedad inició un camino ascendente de
estructuración de su vida social, normatizando
su conducta y definiendo sus roles. Lo que de
alguna manera significa que los cambios
tecnológicos han sido desde siempre un factor
decisivo en la caracterización de la cultura,
dado que esta no es simplemente costumbres y
creencias sino además modos y estilos de vida
y la tecnología ha sido esencial en la
supervivencia del hombre y su desarrollo. Por lo
tanto, si ha habido algún aspecto a quien el ser
humano le debe su propia supervivencia ha sido
precisamente a la capacidad de creación
tecnológica y organización social. En este
sentido cobra valor lo afirmado por Gubern
(2000).
“La evolución cultural es una estrategia
inventada por el hombre para adaptarse mejor
al medio ambiente que le ha tocado vivir, por lo
que no puede ser la misma en la selva, en la
sabana, en una zona lacustre o en el desierto...
En todas las sociedades humanas existen unas
predisposiciones biológicas que se elevan al
rango de normas y a las que se superponen
otras normas, emanadas de la inteligencia
humana y no de la biología: constituyen códigos
de conducta que reglamentan su convivencia y
que en las sociedades más desarrolladas se
plasman en leyes y reglamentos escritos”.
(Gubern. 2000. s/p.)
Estas disposiciones naturales y sociales
constituyen la base para un avance constante
que ha conducido al progreso característico del
siglo XVIII, en el cual no solo se erigió el
desarrollo industrial sino además posibilitó lo
que sería la urbanización moderna, con todos
los avatares que ello significaba. Así por
ejemplo se dio vida a lo que sería la gran
revolución tecnológica pero con sus marcadas
diferenciaciones sociales y económicas y con
un acceso heterogéneo para todas las gentes,
pues la realidad nos ha permitido reconocer que
desarrollo tecnológico no significa un
mejoramiento de la calidad de vida
absolutamente para todas las personas, el
desfase entre el desarrollo material y
económico y el desarrollo político, social y moral
suele resultar a la postre catastrófico”. (Gubern
2000. s. p.), lo que significa asumiendo este
planteamiento, es que no todo lo que
representa desarrollo, se evidencia en el
fortalecimiento de las estructuras sociales y el
mejoramiento de las formas o estilos de vida de
las personas en absoluto.
Pero avanzando en este análisis y
centrándonos en lo que representa el símbolo
de nuestro propio desarrollo, es necesario
detenernos en el surgimiento de las tecnologías
de la información y su impacto, puesto que todo
el desarrollo planteado hasta el siglo XIX, se
enfocaba en la industria. Pero con la aparición
de las primeras formas de comunicación
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tecnológica (la radio y la televisión), a
comienzos del siguiente siglo la sociedad
humana toma una dinámica especial, a partir de
la difusión de información en masa, lo que se
puede decir que establece una nueva relación
con su entorno, generando prácticas o hábitos
que llevan a asumir la vida desde otra
perspectiva. Pero va ser con la aparición de la
infortica donde la humanidad dará su gran
salto a la transformación de su mundo,
precisamente porque determina un nuevo estilo
de vida. “Las modernas tecnologías de
comunicación e información están modificando
nuestras vidas, afectándolas en el plano sico
(en su biosedentarismo, por ejemplo), en el
intelectual y en el emocional”. (Gubern 2000. s.
p.), planteamiento que nos permite asumir que
hoy la dependencia a las TIC, ha condicionado
la tipología de la relaciones interpersonales
haciéndolas casi nulas o simplemente
limitándolas a los ambientes virtuales, pues los
beneficios adquiridos con esta nueva tecnología
ha marcado además el aislamiento social y es
que como si no fuera suficiente el ser humano
ya venía viviendo la dependencia hacia la
televisión, ahora debe enfrentar la condición de
adicción a los computadores como lo señala el
mismo Gubern (1991).
“El fenómeno de la teleadicción se ha ampliado
con los ordenadores personales a la
computadicción, en un fenómeno que puede ser
caracterizado genéricamente como sobre
dependencia de la pantalla… La patología del
larocentrismo, en tanto que forma de repliegue
sobre mismo, ha sido asociada
inevitablemente a la del narcisismo, como
abolición o negación del Otro”. (Gubern, 1991.
s. p.)
Es importante de todas formas reconocer que
las TIC, han traído comodidad y cierta facilidad
a proceso económicos, financieros,
comerciales, recreativos, etc., por lo que el valor
precisamente para la actualidad es altamente
significativo. Sin embargo en rminos
específicos el alcance más importante de esta
tecnología se haya, en la creación de los
ambientes virtuales, definidos por el mismo
Gubern (s.f) como un sistema informático que
genera entornos sintéticos en tiempo real y que
se erigen en una realidad ilusoria…, pues se
trata de una realidad perceptiva sin soporte
objetivo, ya que existe sólo dentro del
ordenador”. (p.10).
Definición que de suyo permite descubrir hoy,
como la comprensión de la realidad se convirtió
en algo tan disímil, dado que incluso su
apreciación es sujeto de subjetivación, pero
además porque a través de la virtualidad se
rompió la inmediatez de lo que por ella se
asumía tradicionalmente; pero tambn permite
entender porque la virtualidad es en valorada
en gran medida por las generaciones actuales
pues dado su carácter ilusorio es atractivo y
absorbente de tal forma que la vida y los roles
solo se comprenden en tal experiencia
surrealista, pues como lo dirá s adelante el
mismo Gubern, “un espacio mental iconizado
esterescópicamente, que permite el efecto de
penetración ilusoria en un territorio infográfico
para vivir dentro de una imagen, sin tener la
impresión de que se está dentro de tal imagen y
viajar así en la inmovilidad” (Gubern (s/f), p.15).
Todo esto, resulta relevante para comprender
realmente el papel y la importancia de la
Internet para la sociedad actual, pues realmente
se constituye en la verdadera amalgama de
posibilidades individuales y colectivas, donde su
sentido de ser, realización e interrelación se
centra en este ambiente, como si sólo allí, se
hallara el sentido de su existencia, o como si
fuese el único medio para construir identidad,
como lo plantea Giaccaglia (2009),
“Internet se ha convertido en un significativo
laboratorio social para experimentar con las
construcciones y reconstrucciones del yo. Esta
es una experiencia que en el pasado no era tan
sencilla de conseguir. Hoy, en cambio,
proliferan metáforas con las que pensar la
multiplicidad del yo y que ponen de manifiesto
la crisis del paradigma identitario”. (Giaccaglia,
2009. p. 3)
Ahora bien, identificando este hecho como
factor determinante de nuestra denominada
“cultura social hipercónica (Gubern. s/f. p.19),
comprendemos como esta situación o realidad
ensimismadora de la sociedad, ha marcado los
modos de ser y los modos de estar en el mundo
de una manera diferente, puesto que las redes
sociales y los efectos virtuales han impactado
las funcionalidades existenciales del siglo XXI.
Hoy todo puede ser asumido desde la red,
gracias también al perfeccionamiento de esos
ambientes virtuales con funcionalidades
específicas y procurando al parecer un
mejoramiento de procesos en todas las áreas.
La proximidad humana es limitada por los
interfaces de la web. Sin embargo pese a la
limitación espacial porque todo se hizo más
próximo y ágil, también es cierto que dicha
condición virtual abrió precisamente las
fronteras de lo real e irreal. De lo real, porque
expandió las posibilidades de aprender,
descubrir y percibir otros contextos o culturas; e
irreal porque llevó al ser humano a percibir sus
propias posibilidades e imaginaciones, es decir,
llevar al consciente, todo lo que subyacía en el
subconsciente.
¿Cómo problematizar críticamente y
reflexivamente la complejidad del mundo
virtual-tecnológico que habitamos, desde
una perspectiva educativa?
La iconización de la tecnología en el siglo XXI,
en todas las esferas y niveles sociales, es una
referencia fundamental para comprender el
valor y la necesidad de las TIC en el contexto
de la educación, dado en primer lugar por su
papel protagónico en la construcción de los
procesos sistematizados en todas las áreas y
en segundo lugar, por la diversidad de formas
como ha incidido en los diferentes modos de
establecer las relaciones interpersonales, como
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si se tratase de un nuevo mundo, el mundo de
la informática.
Es por ello que resulta innegable su lugar en los
procesos educativos, debido precisamente a los
aportes para el enriquecimiento de la
enseñanza, complementando las formas y los
modelos pedagógicos; es decir, que de suyo la
tecnología ha impreso un sello propio en la
didáctica educativa.
Así mismo, resulta significativo el hecho que a
todo proceso de desarrollo o evolución social, le
corresponde por antonomasia una
caracterización propia del sistema educativo,
pues como es propio, éste debe corresponder
con los intereses y necesidades de cada época,
y por ende debe además fortalecer el proceso
de formación de quienes están en disposición
de ejercer esta labor educativa cambiante. En
relación a esta premisa, es interesante lo
planteado por Salinas I, (s.f.)
“Los sistemas de enseñanza deben atender a
los cambios sociales, económicos, tecnológicos.
Cada época ha tenido sus propias instituciones
educativas, adaptando los procesos educativos
a las circunstancias… la necesidad de formar
profesionales para tiempos de cambio, la
continua actualización de estos profesionales,
exigen nuevas situaciones de enseñanza-
aprendizaje y exigen, también, nuevos modelos
adecuados a ellas”. (Salinas I. (s. f.), p.1)
Esta circunstancia nos enfrenta a un verdadero
reto, pues no se trata de asumir la tecnología
para formar, sino ante todo, y en primer lugar
para formarnos en ella, de tal forma que
logremos un verdadero empoderamiento de ella
en los procesos de enseñanza aprendizaje. Y
sólo en ese momento se podrá asumir un
alcance real a un nivel óptimo de competitividad
para ejercer la docencia con un alto nivel de
eficiencia. Pues realmente habremos llegado al
umbral de oportunidad en la utilización de las
TIC, en el contexto educativo.
Pero para ello es claro que deben realizarse
unas transformaciones profundas al interior de
las instituciones, de tal forma que no solo se
inspiren los cambios en las didácticas
educativas sino además una renovación en las
estructuras que sustentan las relaciones de
aprendizaje entre docentes y estudiantes, como
lo expone también Salinas (s.f.)
“Las posibilidades de las TIC en la educación
descansan, tanto o más que en el grado de
sofisticación y potencialidad técnica, en el
modelo de aprendizaje en que se inspiran, en la
manera de concebir la relación profesor-
alumnos, en la manera de entender la
enseñanza”. (Salinas. s/f. p. 2).
Es por ello que la dinámica mediática de las
TIC, en la educación debe estar fundada en la
instauración de ambientes que enriquezcan y
sustenten los modelos didácticos que inspiren el
proyecto, como lo afirma el mismo salinas (s/f.
p. 2). Pero definitivamente no se puede hablar
de implementación de TIC, en las instituciones
si la infraestructura organizativa y la estructura
funcional requerida para las TIC no son
óptimas, es decir, si no existen los recursos o
los medios para que dicha estrategia educativa
sea eficiente.
Esta realidad se ve confrontada precisamente a
la pretensión de construir una nueva sociedad y
una nueva subjetividad desde el
establecimiento de las nuevas formas de
interrelacionarnos ofrecidas por la red, mediante
la creación de un nuevo contexto en el que nos
relacionamos, como lo reconoce Giaccaglia
(2009) En estos entornos podemos ponernos
una máscara, un nickname, un avatar, con el
cual comenzamos a entretejer una historia
generalmente compartida con otros.”
(Giaccaglia. 2009. p. 3).
Ahora bien, es importante aclarar que en cuanto
a inversión tecnológica en el caso de Colombia
los gobiernos han hecho grandes inversiones
en términos de entrega y disposición de equipos
de diversa índole, pero es claro también que
esta estrategia no corresponde con el nivel de
conectividad a la red, que debiera existir, por lo
que el uso e implementación de ambientes
virtuales que dinamicen la labor de aula es
bastante limitada, más si tenemos en cuenta las
características geográficas de nuestros sectores
rurales donde se hayan gran parte de las
instituciones educativas, en donde incluso el
uso de la energía eléctrica es racionalizada o
simplemente no existe.
Finalmente, es claro que aun al sistema
educativo le faltan muchos escollos que superar
antes que se logre implementar plenamente una
estrategia educativa mediada por las TIC, dado
que el proceso en los países latinoamericanos y
específicamente en Colombia apenas esta
iniciando, entre los que se cuentan la inversión
suficiente para el fortalecimiento de las
infraestructuras institucionales, la actitud de
pasividad que aún se asume en el colegiado
docente frente al valor de las mediaciones
tecnológicas para el enriquecimiento de la
didáctica.
CONCLUSIÓN
A manera de conclusión, es claro que las TIC
se constituyen cada vez más en una realidad
subyacente en la comprensión de la existencia
humana, y que aborda todas las esferas
sociales. Por lo cual es imperante la necesidad
de acoplar las dinámicas educativas para
generar la competitividad requerida en la
relación de los países desarrollados y
subdesarrollados. Tal vez sea esta hoy la
referencia que marca las diferencias entre los
países, no simplemente la capacidad de
generar riqueza, sino ante todo de asumir y
dominar las mediaciones tecnológicas para
mejorar las condiciones de vida en el siglo XXI.
REFERENCIAS
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